Tenía por ahí un viejo perchero que hace años regalaba una entidad bancaria, así que en cuanto lo vi, no dudé en darle una nueva oportunidad...
Una capa de selladora para tapar el antiguo y coloreado dibujo y, dos capas de pintura a la tiza en color rosa, fueron suficientes para darle el nuevo aspecto que veis, ¡qué pena que se me pasó hacer foto del antes...!
Una capa de barniz al agua y, pegar un trozo de cenefa que también decora la recién pintada habitación de mi futura nieta, han dado el toque al perchero que ha quedado tan apropiado para el cuarto del bebé.
Su nombre está pintado con la misma pintura a la tiza y en el mismo color, que por cierto, ¡me encanta el acabado que le da esta clase de pintura! 
